Por el 2015, mujeres llegadas de varios colectivos feministas se reúnen y mantienen una conversación entre compañeras de lucha, amigas feministas que reflexionaban sobre el significado de la Manifestación del 8 de Marzo, recordando las huelgas llevadas a cabo en el siglo pasado por la igualdad de derechos de las mujeres y que nos dejaron un hecho trágico con el asesinato de más de cien mujeres encerradas en una fábrica textil que empezó a arder con ellas dentro. Aunque nadie lo ha podido corroborar, dicen que trabajaban con telas moradas por el humo que se podía contemplar desde el exterior.
Por ello, un grupo de mujeres cordobesas, algunas instaladas en la ciudad, otras llegadas desde algún pueblo, querían hacer algo más en torno a una fecha que conmemora de alguna manera nuestro lugar en la resistencia ante el secuestro de derechos, situándonos en pie de lucha para conquistar lo que nos pertenece. Lo llamaron “Propuestas para avanzar”.
De este modo pensaron en crear un encuentro que arropase una fecha tan importante visibilizando las capacidades artísticas y culturales de todas las mujeres; poniendo sobre la mesa la desigualdad que sufrimos bajo esta estructura patriarcal, sin olvidar la alegría y el humor desde el que también transgredimos el orden impuesto. Así nace el festival feminista EnMujecer.
El resultado se traduce en una semana llena de actividades que culmina en dos días intensos de festival. Casi un año de trabajo que queda oculto en la euforia de esas jornadas frenéticas que terminan en un suspiro a pesar de estar creadas con tantas respiraciones y latidos; elaboración de un proyecto, búsqueda de financiación, reuniones de grupo cada semana, llamadas y correos para contar con esas mujeres que les dan sentido a este encuentro y comisiones para organizar el trabajo: comisión de espectáculos, comisión de merchandising, comisión de comunicación, comisión de talleres, comisión de cartelería, comisión… Un proyecto que nace desde el corazón de mujeres para crear redes con otras mujeres en un acto de sororidad. Mujeres con trabajos más o menos estables, precarias y desempleadas -que no paradas-, jubiladas, que incorporan una jornada completa y altruista a su rutina de trabajo para articular un encuentro feminista en su ciudad.
En la persistencia de la memoria quedará 2018 como el año en el que vivimos la primera y multitudinaria huelga feminista en nuestro país. Hablamos de cifras y repetimos “15.000” con tanta emoción que las lágrimas nos dijeron que habíamos hecho historia dentro de una Historia que nos oculta. Mujeres invisibles en el cine; mujeres relegadas en los espacios de debate, mujeres que son reclamadas en unos abanicos bajo la etiqueta “Más mujeres” en galas dirigidas por ellos; mujeres creadoras de estilos musicales reservados también al otro sexo que nunca es el otro; mujeres que no están en la dirección de los medios; mujeres llevadas a las butacas, convertidas en espectadoras en ciclos de humor asistiendo a una temática construida desde una perspectiva masculina que las ridiculiza y las condena a estar fuera de los carteles como protagonistas.
De esto trata Enmujecer Fest, de dar a las mujeres su lugar como protagonistas en el cine, en el teatro, en la música; despejar obstáculos para que tomen la palabra y para que puedan crear y servir de referentes a las niñas que vendrán detrás, construyendo genealogía. Sin olvidar romper la dicotomía entre lo público y privado porque tal como recoge el lema en esta tercera edición, lo personal es político.
Las mujeres del Grupo motor respaldado por una Plataforma que engloba al movimiento feminista de Córdoba, lo han hecho posible elaborando un cartel que da cabida a una intensa programación empezando por una exposición de dibujos y esculturas realizados por una artista a la que desde aquí quiero trasladar el agradecimiento por revestir una magnífica sala con un homenaje a su madre, a las madres, en el transcurso de una etapa de la vida y denunciando la mercantilización de las mujeres en un sistema para el que somos objetos fragmentados. Donde se habla de feminismo, en un rincón que ha querido evocar el lugar más apacible de nuestra casa, para así compartir diferentes ópticas desde la comodidad de un sofá construido simbólica y físicamente por compañeras que buscan puntos de unión para crear alianzas.
Subiendo a mujeres a un escenario donde toman el poder apropiándose del humor para demostrar que la comedia también es nuestra; rompiendo con tabús y visualizando vaginas, coños; charlando sobre nuestra menstruación, representando el clítoris con los dedos de nuestras manos y reivindicando nuestro placer sexual; rechazando las imposiciones con las que esta sociedad intenta adjudicarnos un rol que no hemos elegido y que no estamos dispuestas a mantener.
Analizando los medios, identificando el machismo imperante en las informaciones para las que siempre somos muertas cuando nos quitan la vida; y celebrando una gala de cortometrajes para incorporar la mirada feminista al lenguaje cinemátografico, acompañadas por una directora de cine y la inspiración que nos provoca, destacando la participación de mujeres que se sitúan detrás de la cámara y se sientan en una mesa para montar lo que han filmado; mujeres que encuentran más dificultades para producir su trabajo y de las que no se habla porque este espacio también ha sido reservado para ellos.
Enmujecer Fest no es un ente abstracto sino el resultado de muchas cabezas pensantes de mujeres que juntan sus manos para caminar hacia delante tomando las manos de otras mujeres en un camino que el patriarcado nos llena de trampas. A veces nos intentará enfrentar para desviar la atención sobre quién es el opresor pero nosotras nos mantendremos erguidas y unidas.
Somos muchas, somos diversas. Como decía la canción de la huelga feminista: “Haremos una huelga con todas las mujeres; la calle será nuestra; abuelas, estudiantes, heteros, trans, bolleras, diversas, inmigrantes; vamos juntas a la huelga”. Y también las gitanas y las racializadas; a pesar de que algunas de ellas no hayan encontrado su sitio, otras se unen para trabajar por aquello que nos oprime a todas.
Tendremos que revisar nuestras acciones desde nuestra posición sin olvidar a mujeres que perdieron su casa, a sus hijos e hijas, que hicieron huelgas de hambre, que fueron encerradas por liderar un movimiento que nos dio en occidente, como nos recuerda Amelia Valcárcel, las tres conquistas más importantes por las que estamos aquí: derechos educativos, civiles y políticos. Y desde el feminismo debemos seguir trabajando unidas para que la igualdad y la consecución de derechos se produzca a nivel planetario.
Todas las mujeres son bienvenidas a nuestra casa de puertas abiertas y no necesitamos que nadie pinte de colores este evento porque ya contamos con un color que nos cobija a todas. No sabemos qué telas cosían las trabajadoras de la Cotton Textil Factory en Nueva York pero como dice Nuria Varela, sí estamos de acuerdo en que el morado es el color que une a las feministas de todo el mundo.
Repasaremos nuestros manifiestos y alzaremos la voz por nosotras y por todas nuestras hermanas porque la sororidad es la hermandad entre mujeres aunque no haya lazos de sangre. Quizá nos equivoquemos a veces y quizá otras tengan que pedirnos perdón a nosotras pero lo que tenemos claro es que somos mujeres feministas, seres humanos, humanas que luchan cada día por la liberación de todas y eso nos sitúa en el mismo grupo dentro de un sistema que no nos gusta y que vamos a cambiar.
*Imagen. Foto original de Anita Muñoz sobre el mural que la grafitera Nisa regaló a Enmujecer Fest III:
Enhorabuena, Jessica. No lo has podido definir mejor. ¡Me encanta!